El pasado 23 de abril se celebró el I Congreso de Radón en España.

Este Primer Congreso Nacional gratuito se celebró online debido a la situación actual de pandemia.

Su principal objetivo es dar a conocer la problemática del radón para la salud pública y la situación actual en España y en la Unión Europea.

En la gran mayoría de países de nuestro entorno se han establecido normativas y legislaciones en la edificación para proteger a las personas de la potencial peligrosidad de este gas.

En general, existe un gran desconocimiento de los peligros de la exposición al gas radón en viviendas, así como en centros de trabajo en los que existe presencia del mismo.

El gas radón es un gas de tipo radiactivo presente en la naturaleza y puede llegar a acumularse en espacios cerrados o mal ventilados. El radón pasa fácilmente inadvertido pues es incoloro, insípido e inodoro.

Según las autoridades sanitarias, incluyendo los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el radón está considerado cancerígeno del grupo 1 para los humanos y es la segunda causa de muerte por cáncer de pulmón, provocando en torno a 1.500 muertes al año en España.

El radón se filtra en los edificios a través de pequeñas grietas en la obra y de las juntas de las tuberías de desagües y otros tipos de canalizaciones. También puede elevarse hasta las viviendas y otros espacios a través del hormigón cuando su porosidad así lo permite.

Ya hace dos años y medio que expiró el plazo para trasponer la Directiva 2013/59/EURATOM para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, entre las que se encuentra el gas Radón.

Debido a que en nuestro país la norma no se traspuso en plazo, el cual finalizo el pasado 6 de febrero de 2018, la Comisión Europea expedientó a España, junto a otros Estados miembro.

En el expediente de la Comisión Europea se emplazó a España a trasponer la Directiva en dos meses, pero a día de hoy continuamos sin que se haya realizado la trasposición al ordenamiento jurídico español.

Lo ideal para prevenir su incidencia en la salud es realizar una medición. Solo de esta manera podemos asegurar que vivimos con unos niveles de radón adecuados.